Fundador de la Congregación
El Fundador de esta familia hospitalaria es el Presbítero José Agustín Gómez Díaz, nacido en Santiago de Chile el 28 de agosto 1830 y fallecido en Gorbea el 15 de enero 1906. Desde joven se distingue por su piedad e inteligencia, dedicándose por entero al estudio y discernimiento de la voluntad de Dios. Pensó en ser Hermano lego de la Orden de la Merced. Unos cuantos años en la paz del claustro dedicado al estudio, al discernimiento de la voluntad de Dios le permite descubrir la vocación al sacerdocio.
En 1854 se recibe de sacerdote diocesano, consagrándolo el arzobispo Monseñor Rafael Valentín Valdivieso. Decía el Padre José Agustín Gómez Díaz " Señor, que mi servicio sacerdotal comprenda y hable el lenguaje de los hombres. Que no me ponga a luchar contra la historia. El Sacerdocio se justifica en la medida que sirve a los más olvidados de nuestro pueblo. ¿Y cómo va servir si se encierra o si lucha contra la historia? No sé lo que me tiene reservado, pero ayúdame a entender tu voluntad en los acontecimientos de la vida; aunque también me tengas destinado un destierro.. ¿Un destierro?
El "Cura Gómez", un apóstol de la caridad, un hombre visionario, lleno de celo apostólico y de una desbordante caridad, vivió la opción preferencial por los pobres en la más genuina tradición de la Iglesia, no estuvo ajeno a los problemas y acontecimientos de la época, pues su interés por el hombre integral lo llevó a estar junto a él, en la guerra y en la paz. Trabajó junto a las mujeres que la sociedad menoscababa, fundó hospitales, hogares de niños y ancianos, escuelas, etc., los que se multiplicaron primero en San Felipe y luego a lo largo del país.
La vida y obra del Padre José Agustín Gómez Díaz es la entrega incondicional a Cristo, identificado con los que sufren.
Recién ordenado Sacerdote por disposición del Arzobispado de Santiago es destinado como Capellán del Monasterio de Nuestra Señora del Buen Pastor, quienes recién llegaban a Chile. Ahí surge en él la idea de fundar una Congregación Chilena. Él se preguntaba ¿acaso las Chilenas no son tan generosas como las extranjeras?
Fundó dos congregaciones religiosas: Las Hermanas Hospitalarias de San José, en San Felipe 1866, y las Hermanas Hospitalarias del Sacratísimo Corazón de Jesús en San Carlos, Ñuble 1903, ambas con una misma espiritualidad: " El alivio de la humanidad doliente"
Su amor al igual que Cristo lo llevó a aceptar los desafíos que le imponía la sociedad y no trepidó ante el mandato del Señor de ir a la cárcel, a la guerra, al destierro, a sufrir la calumnia, incluso de sus amigos, pues el discípulo no puede ser más que el maestro.
El destierro lo lleva a vivir sus último años en Gorbea, y allí entre los Mapuches el anciano sacerdote ve que su amor es fructífero aún, porque al igual que en el norte "hay lágrimas que enjugar y dolores que aliviar" y junto con crear hogares de niños, escuelas, hospitales, hogares de ancianos, siembra la palabra de Dios y lleva un pedazo de civilización a lejanas tierras de su patria.
En recuerdo y reconocimiento a su labor se levantan dos monumentos al Cura Gómez como lo llamaba el pueblo. Uno en San Felipe y otro en Gorbea.
Sus restos descansan en la Capilla de la Casa de fundación de nuestra Congregación en San Carlos.
Todos los días centenares de niños huérfanos o en situación irregular, ancianos, enfermos, jóvenes y desvalidos reciben el cariño, el abrigo, el alimento y la paz que les prodigan sus hijas "Las hermanas hospitalarias chilenas".