Una
soleada plaza de San Pedro acogió este domingo 17 de abril, cuarto de Pascua, a
miles de fieles y peregrinos de tantas partes del mundo llegados, como cada
domingo, para rezar junto al Papa Francisco el Regina Coeli, escuchar sus
palabras y recibir su bendición.
Antes
de rezar a la Madre de Dios, el Papa comentó el pasaje del Evangelio de Juan,
que nos presenta la dedicación del templo de Jerusalén y las palabras
pronunciadas por Jesús, que se presenta como el Buen Pastor y habla de sus
ovejas que escuchan su voz y lo siguen.
“Nadie
puede llamarse seguidor de Jesús, si no escucha su voz” subrayó el Pontífice y
explicó que "la imagen del pastor indica la estrecha relación que Jesús
quiere establecer con cada uno de nosotros" porque Él es nuestro guía y
salvador, así como "nuestra vida es plenamente segura en las manos de
Jesús y del Padre, que son una sola cosa, revelados para siempre en el
sacrificio de la cruz.”
Un
misterio que se renueva siempre en la Eucaristía - afirmó - de la cual las
ovejas se alimentan y donde se vuelven una sola cosa entre ellas y con el Buen
Pastor.
¡Nadie
podrá arrancarnos de las manos de Jesús, porque nada ni nadie puede vencer su
amor! aseguró Francisco, y finalmente pidió que la Virgen que ha escuchado y
seguido la voz de Jesús, “nos ayude a recibir con alegría la invitación de
Jesús a transformarnos en sus discípulos, y a vivir siempre en la certeza de
ser en las manos paternas de Dios”.